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Crisoles de la mezquita azul

EL CONFLICTO Y EL DESARROLLO.

EL CONFLICTO Y EL DESARROLLO.

 

 

El ámbito escolar es un lugar de convivencia de personas con diferentes forma de entender la intervención educativa que ocupan distintos roles y tienen su propia forma de entender el mundo. Subjetividades que tienen que ponerse de acuerdo, en favor de un Proyecto común al que no siempre es fácil llegar por consenso. Esto es algo que como futuros Orientadores debemos considerar..

 

Como agente, una de las funciones que tiene la escuela, es facilitar la socialización entre iguales. También favorecer el despliegue de la competencia social en el alumnado. Estas perspectivas hacen que, como orientadores o docentes velemos por la calidad de las relaciones que se establecen en el contexto escolar, que ya de por sí cuenta con algunos marcadores que lo hacen singular y a veces difícil de asumir, si no concuerda demasiado con la realidad social que el alumnado trae consigo.

 

Profesores y alumnos tienen unos objetivos que les reúnen en el aula desde posiciones diferentes. Fomentar el sentido de compromiso y la identificación de los objetivos a favor de una mayor cohesión es fundamental para poder avanzar coherentemente en otras cuestiones. Es el momento en que el profesor actúa como líder y utiliza estrategias, que siempre son pocas, para promover el buen desarrollo del trabajo en el aula. Aún así, es inevitable que aparezcan situaciones conflictivas.

 

Como dice Gómez (2001)”El conflicto asociado al aprendizaje y la socialización, es necesario y es positivo” El contexto escolar exige respuestas en función de unos marcadores establecidos y todos los agentes inmersos en él, desarrollan habilidades para poder manejarse dentro de él. De cómo se trabajen esas habilidades dependen aspectos tan importantes como la identidad personal, la adquisición de competencias incluso la confianza en uno mismo. Estamos ante un contexto más significativo de lo que parece. Ser consciente de esto, en cada intervención, requiere y exige mucha responsabilidad. Dado que este contexto es impuesto es inevitable que surjan los conflictos necesarios para generar un proceso de adaptación. Por ello, se hace necesario revisar la noción de conflicto.

 

¿Qué es un conflicto?¿Cómo podemos entenderlo?

 

Como se analiza en el documento de “Gestión de Conflictos” de Iborra, “la epistemología del conflicto va a influir en su tratamiento posterior”. Podemos entender el conflicto como algo externo a nosotros desde un paradigma positivista tratando de encontrar una única realidad o manera de afrontar resolver o sortear el conflicto. También podemos entenderlo desde el paradigma interpretativo, en el que el conflicto interactúa con el observador que trata de encontrar una perspectiva singular para atender a las múltiples realidades subyacentes fomentando el carácter subjetivo y activo del sujeto con el fenómeno que se esta trabajando.

 

En definitiva, el conflicto ¿cómo fenómeno objetivo o subjetivo?¿Puede ser útil?

 

Según Kegan  “El conflicto puede resolverme a mí””Puede que sea necesario tener este conflicto para recobrar nuestra verdadera complejidad”. A través de la aparición del conflicto puedo entenderme y conocerme mejor.

 

De la noción de conflicto que aceptemos como válida dependerá la metodología que elijamos para intervenir el mismo. Como quiera que la situación conflictiva depende de la manera singular de entender el mundo se hace insuficiente, a mi parecer, un método cognitivo-conductual de resolver el conflicto, que partiendo de un planteamiento remediativo no fomenta la confianza en las posibilidades propias para resolver en otras situaciones similares o diferentes.

 

 Es por ello, que una metodología experiencial-constructivista(Actuar-explorar-informar-ordenar-comprender)puede, además de ayudar a contemplar distintas perspectivas (lo cual favorece una mayor flexibilidad mental), genera un valor sobre la experiencia y las posibilidades propias de entender cualquier conflicto, buscando la opción más personal y más acorde con nuestro estilo propio.

 

 

 

Los beneficios que plantea McWhirter sobre este tipo de modelado experiencial son entre otros mayores beneficios en la transformación subjetiva, posibilidad de identificar nuevos procesos, aumentar enormemente nuestra comprensión de la experiencia, etc...

En el planteamiento del conflicto, atendemos a los componentes universales del procesamiento de la información DESDE-A-EN, añadiendo cada vez más detalle lo que supone mayor información y de mayor calidad.

 

“El uso de estos modelos y la mejora nuestros modelos de competencias, no sólo ofrece muchas nuevas posibilidades, sino también nos hace aún mejores modelos, mejora nuestra flexibilidad y creatividad, nuestra apertura a la experiencia en toda su vida -en su conjunto y en detalle”.(McWhirter, 2002).

 

 Nuestra manera de entender el mundo, contribuye a nuestra consideración de situaciones como conflictivas o no. Por lo tanto la consideración de lo que es o no es conflicto, es bastante subjetiva. Depende de nuestro bagaje y de los valores que sean importantes para nosotros, entre otras cosas, considerar nuestras decisiones como convenientes. Además, no todos los conflictos tienen el mismo rango desde indecisiones hasta conflictos en que se pone en juego la oposición de direcciones. Aprender a distinguir el rango o la diferencia entre ellos puede mejorar nuestra resolución y hacernos sentir más satisfechos con las decisiones que adoptemos..De nuevo, el contexto, puede generar en la medida que elemento que contribuye a nuestra percepción del conflicto otro punto desde el que atender, para clarificar los elementos que convergen el  conflicto.

 

 “Lo bueno de identificar el modelo de tu propia vida es que te sensibilizas más hacia ese tipo de situaciones conflictivas  y cuanto antes las puedes identificar, antes puedes hacer algo al respecto, lo que en si ya es un cambio”.(Iborra)

 

Como dice Kegan, en la metáfora de cilindro y el conflicto” La relación contiene las partes y sin las partes no hay relación” El conflicto en este caso se torna como la relación y una de las partes o las dos tienen que tener en cuenta la relación para poder cambiarla. Si atendemos a todos los elementos, si nos situamos fuera de la relación para luego volver a situarnos alcanzamos a ver como objeto y como sujeto.

 

Una manera de darse cuenta de qué los métodos remediativos no son siempre válidos es la propia experiencia. Los conflictos que acontecen en el aula no contemplan una única manera de ser resueltos y cuando se utilizan muchas veces los mismos recursos pierden su efectividad.

 

Recuerdo un alumno adolescente, que siendo muy inteligente, ha decidido permanecer expulsado el mayor tiempo posible del aula y ya sabe, porque el contexto se lo ha marcado, que tiene que hacer para conseguir su propósito. Constantemente bombardea. Y así, hace poco volvió de una expulsión. Personalmente, mantengo buena relación con él me ha elegido como suegra y así le voy marcando el comportamiento que espero de él. Ambos sabemos que es juego y a él le sirve para sentirse más incluido. La semana pasada (recién llegado de una expulsión) confesó públicamente que había echado de menos las clases de Música.

 

 Empezamos la actividad: era medir en grupo un ritmo a través de Kodaly y él totalmente desconectado del trabajo previo, comenzó a imitarme mientras explicaba o a hacer en “lenguaje sordomudo” lo que yo iba diciendo. Para que pudiera hacerlo con mayor precisión me puse a su lado y de vez en cuando, le iba marcando que gestos debía realizar. A su vez, como había una dificultad con los silencios, repetíamos el ritmo y yo explicité la importancia de la falta de atención que causaban los errores en este tipo de ejercicios. Última repetición aumentando la dificultad, esta vez el alumno debía distraer la atención de sus compañeros que luchaban por leer el ritmo sin hacerle caso y ambos obtendrían notas. Sólo el alumno podía elegir entre distraer o colaborar para ganarse su nota. Empezó distrayendo, nadie le hizo caso. Terminó realizando la actividad, esa y las siguientes.

 

“La diferenciación precede a la integración como el conflicto precede a su re-solución”(Kegan)

 

Esta estrategia paradójica, si se una con frecuencia  pierde efectividad, aunque después de la experiencia extraigo que es útil y positiva para distraer el conflicto. Puede que todas las estrategias propuestas  en el artículo “ Estrategias educativas para trabajar con adolescentes” (Iborra) puedan ser tenidas en cuenta, cuidadosamente planificadas, como modo de generar influencia y relacionarnos con conflictos que se nos presentan tanto como agentes o pacientes.

 

Al fin y al cabo, el docente en el contexto educativo parte de una situación aceptada de influencia y  según la propuesta de Heitfetz y Zinder recogida en el libro de Kegan:”El ejercicio del liderazgo debe “proveer de un contexto, en el cual las partes interesadas, incluido el mismo líder, puedan llegar juntos a una visión, misión o propósito colectivo”.

 

En definitiva, las habilidades sociales en el ámbito escolar son necesarias a muchos niveles y en muchos momentos de la vida que se desarrolla en este contexto. Esto hace que las competencias sociales deban trabajarse aprovechando el hecho educativo para una mejor incorporación a la sociedad de las personas implicadas. Serán competencias, si pueden trasladarse a varios contextos.

 

 Trabajar éstas con adolescentes no es fácil, si lo hacemos a través de una metodología de única respuesta, es posible, que trasladada a otros contextos vuelvan a surgir nuevas dudas o situaciones por lo tanto tal competencia no se habrá adquirido y necesitará otra respuesta para remediar la anterior La estrategia supone un componente de la influencia como plan, posición y perspectiva teniendo en cuenta los principios que dirigen el acto de influencia..

 

“En un contexto educativo con adolescentes si queremos anular una conducta más que negarla podría ser interesante una estrategia paradójica que buscara aparentemente lo contrario” de esa manera se modifica de nuevo la disposición de los alumnos ayunadnos a resolver situaciones sobre las que poder reflexionar para cumplir objetivos con mayor eficacia.

 

 Aprender de la propia experiencia teniendo en cuenta los valores individuales en el planteamiento de las respuestas me parece más acorde con el planteamiento de persona en desarrollo que puede tener confianza en sus propias posibilidades para resolver los conflictos.

 

El profesor, en su papel de líder, debe utilizar estrategias y  fomentarlas, a la vez que marca claramente el contexto. Esto ayudará a generar los límites que dan seguridad para poder explorar y a través del diálogo ( a poder ser “transformador”) o de los feedback, cómo aclararé en el siguiente escrito, podamos dotarnos cada vez de herramientas más potentes que ayuden a nuestros alumnos en esa ardua tarea que supone el Desarrollo.

 

Un saludo  

Paloma.

 

Bibliografía :

 

Iborra, A,    “ Gestión de conflictos”

Iborra, A.    “ Estrategias educativas para trabajar con adolescentes”

Kegan,R.     “Desbordados” Cap. Conflicto, liderazgo y creación de

                   conocimientos.

McWhirter, J” Remodelling NLP Part.13 Part. C”.

4 comentarios

Paloma -

Bueno, perdona lo de Cloria. Estaba mirando si ahy alguna opción para modificar los comentarios, pero creo que la mejor es revisar dos veces, antes de enviarlos.

Con mucho cariño.
Paloma

Gloria -

Paloma!!

sí, me apetece escribir algo. A veces pienso cosas que me gustaría plasmar pero luego... ese vertiginoso ritmo me desvía del objetivo! jejeje, se me van acumulando.

Cuando lo haga, esperaré tus comentarios que, para mí, son también un grandísimo estímulo.

Gracias por todo.

Un besito!

Paloma -

Hola Cloria!

Muchas gracias por tus comentarios. Celebro que estemos de acuerdo y que haya servido para conocernos mejor acerca de lo que pensamos sobre este tema.

Algunos días he mirado tu blog. Espero que pronto nos regales nuevos comentarios.

Cada vez queda menos curso y lo que queda empieza su ritmo vertiginoso.Como decía Alejandro en su blog " la cuesta de bajada".

Quiero que sepas que para mí, tus comentarios son un estímulo. Gracias.

Muchos besos, Laura.
Jorge

Gloria -

¡Vaya Paloma!

¡Qué interesante esto que estáis viendo en clase!

Leí tu anterior artículo de “Habilidades Sociales” antes que este y... me sorprendo al ver que a ti también te ha interesado, como ya te decía en el comentario... ¡el tema del CONFLICTO! y que, por ello, has seguido profundizando.

Me ha llamado mucho la atención todo lo que aportabas a partir de las lecturas que habéis hecho.

Como Gómez (2001), yo también considero que “el conflicto, asociado al aprendizaje y la socialización, es necesario y positivo”, tanto el conflicto en la escuela como el conflicto en el ámbito personal. De hecho, Kegan menciona que: “a través de la aparición del conflicto puedo entenderme y conocerme mejor”; para mí, no cabe duda de esto.

Como bien dices, una de las misiones de la escuela es facilitar la socialización, trabajando para ello sobre las competencias sociales de los alumnos.
Para cualquier edad, pero si seguimos tomando como ejemplo a los adolescentes, fomentar el compromiso y la identificación bien con un grupo de iguales, bien con una idea, bien con un conjunto de normas y valores, es algo a tener muy en cuenta si queremos conseguir una buena integración. Y... claro, en la escuela es el docente (y en ocasiones el orientador) la persona que tendrá que llevar a cabo las estrategias necesarias para conseguirlo (me ha gustado mucho el ejemplo de tu aula que comentabas) y... el conflicto es algo siempre presente en un aula por lo que podemos usarlo bien como enemigo bien como herramienta.

Siguiendo las pautas que incluías, yo consideraría al conflicto desde un paradigma interpretativo y como algo subjetivo (influido por nuestra manera de entender el mundo) y por ello estoy de acuerdo contigo en la conveniencia de una metodología experiencial-constructivista (buscando “nuestro estilo”) como la más útil y más rica a la hora de afrontar conflictos.

Por otro lado, también considero importante trabajar en la gradación a hacer sobre los conflictos ya que, una vez analizados, no todos nos parecerán pertenecientes al mismo rango. Una vez clasificados podremos, de alguna manera, automatizar e interiorizar nuestros patrones de actuación ante cada tipo, ahorrándonos no sólo tiempo sino también “trabajo emocional”.

Muchas gracias por este artículo!!

Un besooo