SIETE DE ABRIL. Calzarse en femenino.
Sola, en medio de la muchedumbre camina con aire de saber hacia donde se dirige. Tiene un aire altivo, cuidado, arreglado. Su cabeza está llena de pensamientos de encaje y desencaje. Repasa mentalmente las cosas que ha de hacer antes y después de su trabajo remunerado, que supone para ella el eje central, a partir del cual, organiza el resto de su vida.Una sola jornada repleta de necesidades por cubrir.
Perdida en sus pensamientos de futuro se cuestiona sobre quién es, cómo llegó hasta aquí,era ese camino necesario,la única opción posible,habria podido elegir otras maneras de vivir su vida... Su reflexión no es el producto de un disgusto por la vida, sólo le invade cierta curiosidad. Se siente hija de una generación a caballo entre el orden establecido y el generado. Inmersa en dos o más ordenes distintos. Lo que debía saber, lo que debía hacer, las facetas conocidas y las desconocidas destinadas a su género. Explora nuevas posibilidades.
Segura de su capacidad, reconoce no haber cursado "Hogar" entre las asignaturas de sus estudios nocturnos aunque su familia y la sociedad se ocuparon de enseñarle "como llevar una casa",a remendar unos calcetines,a hacer una tortilla de patatas o planchar una camisa.También a trabajar. Todos tenían que trabajar. La escuela obligatoria le hizo saber de sus cualidades para el estudio y... la realidad social, sobre las ventajas de emprender una carrera que le dotase de cierto barniz cultural a la par que organizaba su formación buscando un futuro mejor.
Pionera en la implantación de programas educativos que contemplaban entonces los colegios mixtos, en los que podía constatar cierto grado de igualdad intelectual convenciéndola así, de la apertura a otros mundos posibles. Otras preguntas de futuro encontraban respuestas en su presente, acerca de si debía elegir entre cuidar de sus hijos y de su marido ó seguir adelante con su formación. Esa duda se disipó más adelante para ella y para las generaciones siguientes. Quizá también porque el orden social cambio abriendo nuevas posibilidades ante sus ojos. La ley de divorcio, el inicio de las familias desestructuradas abiertamente que de las familias rotas en silencio había ya larga tradición.
Abierta a las posibilidades que la vida le ofrecía, lucho por conocerse sin abandonar ninguno de los compromisos que iba adquiriendo. Sacar adelante a sus hijos, desarrollarse como persona, quererse a sí misma, ser feliz... El saco cada vez estaba más lleno y las fuerzas iban siendo mayores. ¿Cómo podía explicarse? Las explicaciones ya se verían más adelante. El camino estaba ahí para el caminante y el recorrido no está determinado.
Normalizada la situación, paulatinamente,otras personas como ella, iban viviendo sus vidas, alejándose tímidamente de modelos maternos establecidos o perpetuados; buscando modelos propios sin referentes. Época de cambios de todo tipo del "las personas como tú no opinan" al "tú opinión es importante". Ruptura con el orden social establecido camino de un nuevo orden cargado de imprecisiones todavía pendientes de precisar.
Sabia.Comprende que los valores de la sociedad van y vienen. No son permanentes, ni quiera sólidos, ni inamovibles. Vaivenes y espirales en un recorrido de fuerzas centrifugas y centrípetas sobre la coctelera de una identidad de la mujer del siglo XXI que antes fue del XX y que asume no ser como aquellas que conoció aunque coge el testigo de las que emprendieron el camino.
Equivocada o no, lucha por lo que considera importante. Se mueve, va al trabajo. Organiza las cuestiones caseras, resuelve situaciones en tiempo real y a largo plazo. Va al mercado. Hace la comida y está al tanto de lo que queda por hacer. Lee un libro mientras mantiene la atención en las dudas escolares de sus hijos teniendo en cuenta lo importante que es la autonomía y la independencia. De vez en cuando se permite ser individual o "individua" y conecta con las actividades que le hacen ser más ella misma, un baile, unas risas, unas relaciones...Sonríe.
Tenaz Llega a su destino. Se separa de una muchedumbre transitando hacia otra. Con su sonrisa puesta, saluda enérgicamente, se incorpora...parece que no tiene nada que hacer más allá de estar allí. Ha dejado atado el antes y el después de su jornada laboral. Le toca vivir el presente y esto se repetirá varias veces al día, durante varios días, en otras muchedumbres, en otros lugares geográficos, en otras guerras, en otras vidas ...quizá en otras generaciones
A K. y sus reflexiones sobre el liderazgo femenino.